Perro con depresión: ¿pueden sufrir depresión los perros?

Así como en los humanos, los perros pueden sufrir períodos de depresión. La complejidad psicológica de la depresión en perros es mucho menor a la de los humanos con la misma condición, sin embargo se ha demostrado la activación de las mismas zonas cerebrales en ciertas emociones. Si crees que tu perro puede estar sufriendo depresión a continuación te explicamos cómo detectarlo y te damos ciertas herramientas para ayudarle a combatirla.

¿Cómo saber si mi perro está deprimido?

Cada perro puede reaccionar diferente a un mismo estímulo, así como en las personas nos puede afectar de forma diferente una misma situación. Por esta razón la forma en que cada perro expresa un periodo de depresión puede ser muy variado y también va a depender de la causa. La reacción a perder un compañero de vida, ya sea otra mascota o un cuidador o el haber sido maltratado o incluso un cambio en la rutina puede variar drásticamente entre individuos. Varios estudios demuestran que los perros en depresión pueden presentar signos como:

  • Pérdida del apetito

  • Pérdida de entusiasmo en actividades que solían generar felicidad

  • Letargia/falta de energía o dormir más de lo habitual

  • Necesidad de más afecto/cariño, buscar mimos en el cuidador más de lo habitual

  • Frecuentar áreas en las que el compañero perdido solía habitar

  • Cambios en el ladrido, normalmente hacerlo excesivamente

  • Cambios en el comportamiento

    • Agresividad
    • Timidez, menos abierto a interacciones sociales con otros perros o humanos
    • Hacer sus necesidades en lugares de la casa no habituales
    • Esconderse en la casa
    • Comportamientos destructivos

¿Qué hacer si creo que mi perro sufre depresión?

El primer paso para ayudar a nuestro perro es identificar el cambio de humor o de comportamiento. Una vez comprobamos que nuestra mascota no se comporta de forma habitual nos tenemos que hacer las siguientes preguntas:

  • ¿Ha habido algún cambio importante en su vida o su rutina? Puede ser la pérdida de un compañero, de un cuidador, una mudanza o un período de estrés del cuidador...

  • ¿Está realizando la cantidad de ejercicio recomendada o a la que está acostumbrado?

  • ¿Le estamos prestando menos atención? Esto puede ocurrir con la introducción de un bebé en la familia, de un cachorro o de periodos complicados personales del propio cuidador.

  • ¿Sufre mi perro alguna fobia o ansiedad?

En caso afirmativo, a continuación te proponemos algunas ideas para ayudarte a ayudarlo:

  • Organizar “play dates” (o citas para jugar). Si tu perro ha perdido a un compañero de vida, incorporar un nuevo amigo con el que quedar para jugar en el parque o en el paseo puede animarle. Introducir otro perro en casa puede ser otra opción pero es una decisión importante que se debe tomar no solo para “animar” a tu perro. Es una gran responsabilidad que se debe estar seguro de poder mantener.

  • Incrementar la estimulación física y mental. Esto puede conseguirse con paseos más largos o con juegos de cazar y devolver o con juguetes en enriquecimiento mental.

  • Enriquecer la dieta. Un cambio abrupto de la dieta puede ser contraproducente pero añadir algún premio adicional para mantener el apetito puede ser una buena idea si tu perro está bajo de ánimo.

  • Dar respuestas apropiadas. El castigo no debe ser nunca una opción tras un comportamiento inapropiado. Idealmente, deberíamos reforzar positivamente el buen comportamiento.

  • En el caso de introducción de nuevos miembros a la familia el contacto debe ser progresivo y recompensado. Intentando siempre no dejar completamente de lado a nuestra mascota y darle la misma atención que antes.

Además, los perros pueden sentir los momentos de estrés o depresión de su cuidador y es nuestra labor intentar ayudarles a relajarse también en estos. Un largo paseo después de varios días de estrés en el trabajo puede quizás ayudarnos tanto a nosotros como a nuestra mascota.

¿Debería llevar a mi perro con depresión al veterinario?

Si la respuesta a todas estas preguntas del apartado anterior son“no” y tu perro no es el mismo que era desde hace un tiempo o desarrolla otros signos clínicos (vómitos, diarrea, tos,  cojera, etc) la recomendación es consultar a tu veterinario. El profesional puede descartar un problema físico (desde dolor articular a cualquier alteración fisiológica) o darte algún consejo para sacar a tu perro del estado depresivo. otra opción es que te derive a un especialista del comportamiento animal si no encuentra ningúna causa metabólica.

¿Hay medicación para la depresión?

Los medicamentos para combatir la depresión existen pero siempre como parte de un tratamiento multimodal en el que se debe incluir manejo del ambiente y del comportamiento. La ayuda de tu veterinario o un especialista en el comportamiento animal es de vital importancia para hacer un  plan de tratamiento adecuado a tu mascota. La prescripción de medicamentos como ansiolíticos puede ser una opción, normalmente temporal, para ayudar al inicio del tratamiento. El veterinario, además, recomendará técnicas para la modificación del comportamiento, cambios en el ambiente, feromonas o suplementos en la dieta.

Para concluir, los perros, así como los humanos, pueden tener altibajos emocionales y nosotros como cuidadores tenemos la responsabilidad de detectar si nuestro perro no se encuentra bien y buscar ayuda de nuestro veterinario de confianza en caso necesario. En el mejor de los casos con algún simple cambio en la rutina podemos ayudar a nuestro compañero, y en caso de necesitar más tratamiento, cuanto antes se detecte el problema más fácil y temprana será su resolución.

Mar Campmany
Cirugía

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