¿Por qué mi gato se rasca mucho?
En los felinos, rascarse mucho es sinónimo de lamerse de forma excesiva, frotarse el cuerpo con diferentes superficies o incluso arrancarse pelos con los dientes. Cuando observas que tu gato se rasca mucho, lo más habitual es pensar que siente picor pero, aunque eso es lo más probable, puede haber otras razones.
De forma natural, los gatos pasan mucho tiempo acicalándose, se frotan a menudo con los objetos que encuentran a su paso y se rascan con uñas y dientes diferentes partes del cuerpo de manera puntual.
Por eso, en muchas ocasiones, un ligero aumento en la frecuencia o la intensidad de estas conductas puede pasarte completamente desapercibida. Sin embargo, cuando la conducta es suficientemente exagerada o el animal empieza a presentar lesiones en la piel o falta de pelo en algunas zonas, se hace evidente que tu gato se rasca mucho y que hay algún problema.
CAUSAS POR LAS QUE TU GATO SE RASCA MUCHO
Los motivos más frecuentes por los que puedes acabar diciendo “mi gato se rasca mucho” están relacionados con el prurito y las alteraciones de la conducta.
El prurito
El prurito es la sensación que provoca el deseo de rascarse. Puede presentarse por multitud de causas y expresarse de diferentes maneras, siendo uno de los motivos más frecuentes de las alteraciones que aparecen en la piel de los gatos.
Según su causa, el prurito puede ser de tipo localizado o generalizado. En función de esto, que es un factor que puede ayudar en el diagnóstico, la localización de las lesiones variará.
Las causas más comunes de prurito en el gato son:
Causas de naturaleza alérgica: Las intolerancias o alergias alimentarias y algunos tipos de dermatitis.
Causas de naturaleza no alérgica: Los ácaros, un tipo de hongos que producen la tiña, algunas enfermedades autoinmunes, otros tipos de dermatitis o las infecciones bacterianas secundarias.
Las alteraciones de la conducta
Existe un grupo de enfermedades de la piel (dermatosis psicógena) provocados por una conducta de acicalamiento compulsiva. Las causas principales de esta alteración de la conducta son a menudo los distintos factores estresantes que provocan ansiedad en los felinos.
Estas enfermedades, además de hacer que el gato se rasque mucho y justamente por ello, pueden hacerse visibles en forma de lesiones en la piel del animal y por la aparición de áreas donde el gato pierde el pelo, sobre todo en la zona interior de las patas traseras.
MI GATO SE RASCA MUCHO ¿QUÉ HAGO?
Si tu gato se rasca mucho, puede acabar padeciendo problemas dermatológicos importantes cuyos tratamientos pueden ser largos y requerir esfuerzo. Además, si el problema no se resuelve adecuadamente, podría agravarse.
Por lo tanto, si observas que tu gato se rasca mucho, lo fundamental es realizar una visita al veterinario para determinar la causa principal del problema y así poder aplicar un tratamiento idóneo y eficaz lo más pronto posible.
Es importante reducir o controlar los síntomas rápidamente para evitar problemas mayores. El uso de collares tipo “isabelinos” puede ser una buena opción para el control de las lesiones y del picor.
Posteriormente, y sólo cuando las causas orgánicas o físicas hayan sido descartadas, se debe valorar la posibilidad de un trastorno psicológico o de la conducta.
Para el tratamiento de cualquier alteración conductual de los gatos relacionada con el estrés, es fundamental eliminar los factores que le provocan ansiedad y generar un ambiente en que tu gato se encuentre seguro y pueda desarrollar sus comportamientos naturales e instintivos.
Por lo demás, la prevención es fundamental. El control de parásitos mediante el uso preventivo de antiparasitarios aptos para gatos, crear un entorno adecuado y enriquecido, ofrecerle una alimentación optima y adecuada en cada caso y realizar las revisiones periódicas son factores de gran importancia para evitar que tu gato se rasque mucho, además de para prevenir otros problemas.
Si observas que tu gato se rasca mucho, puede ser debido a algo sencillo y sin mayores repercusiones o tratarse de algo un poco más complejo. En cualquier caso, para evitar males mayores, es siempre recomendable que tu felino reciba una atención profesional y personalizada por parte de vuestro veterinario de confianza.