Síntomas de un gato estresado: cómo detectarlo y tratarlo

Para evitar tener un gato estresado, lo primero que hay que tener en cuenta es que los felinos necesitan un entorno sano, seguro y estimulante.

Además, es importante que este le permita desarrollar su comportamiento natural y fortalezca sus capacidades de adaptación, para que esté preparado para los cambios que puedan presentarse.

¿QUÉ ES UN GATO ESTRESADO?

Evidentemente, un gato estresado es un gato que padece estrés. El estrés es una respuesta del cuerpo a situaciones que el animal percibe como posibles amenazas o riesgos.

Ante el posible peligro, el organismo del gato segrega hormonas y activa determinados mecanismos para ser capaz de resolver la situación rápidamente. Sin embargo, cuando no la resuelve y no consigue adaptarse a la nueva situación, su organismo no vuelve a su estado normal y el animal permanece estresado.

SÍNTOMAS DE UN GATO ESTRESADO

Para poder detectar los síntomas del estrés y tratarlo antes de que el problema se agrave, debes estar atento a los cambios de comportamiento o físicos.

Aunque pueden tener otras causas, los síntomas comunes de un gato estresado son:

  • Realizar sus necesidades fuera del arenero o en lugares no habituales de la casa.​

  • Mostrar conductas compulsivas o estereotipias, como acicalarse de manera excesiva o contraer espasmódicamente los músculos de la espalda.

  • Mostrar comportamientos agresivos repentinos.

  • Comer menos, dejar de comer del todo o comenzar a ingerir cosas extrañas, como trozos de tela.

  • Marcar con la orina o las uñas más de la habitual.

  • Abrir la boca de manera exagerada o continua.

Por otro lado, si el gato permanece estresado durante mucho tiempo, puede desarrollar síntomas físicos, como alteraciones o enfermedades respiratorias, urinarias o gastrointestinales.

CAUSAS DEL ESTRÉS EN GATOS

Aunque vivan en casa, debemos recordar que los gatos conservan sus instintos de reproducción, caza y comunicación social. Además, son animales nocturnos, muy activos y territoriales.

Cada gato tiene unas necesidades concretas que deben cubrirse, por su bienestar físico y mental, y no todos los gatos responden igual ante los mismos estímulos. Por tanto, puede haber infinidad de causas por las que un gato puede estresarse.

Algunas de las causas más frecuentes del estrés en gatos son:

La falta de enriquecimiento ambiental

La falta o insuficiencia de areneros o comederos

Una socialización temprana inadecuad

La manipulaciones o inmovilizaciones forzadas

Las situaciones conflictivas

Los castigos

La desnutrición

El dolor y el miedo

El aislamiento o el hacinamiento

Los cambios de rutinas

Las interacciones sociales bruscas o desagradables

En la mayoría de ocasiones, existe más de una causa de estrés. Y hay que tener en cuenta que, a veces, puede que la causa o estímulo que tiene al gato estresado no llegue a encontrarse.

QUÉ HACER SI TU GATO ESTÁ ESTRESADO

Si tu gato muestra un comportamiento extraño, no dudes en acudir a tu veterinario para que, antes que nada, le examine y descarte cualquier problema médico.

Si el veterinario confirma que tu gato está estresado, lo recomendable será que tomes las mismas medidas que para prevenir el estrés:

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    Genera un entorno seguro y adecuado, con espacios independientes para su tranquilidad, higiene y alimentación.

     

  • Crea un ambiente estimulante, tanto física como mentalmente, con juegos, zonas sociales y rascadores.

  • Intenta que los cambios se produzcan de manera progresiva y sin forzar y prémiale mientras aprende y se acostumbra a las nuevas situaciones.

  • Si tu gato es joven, proporciónale una estimulación y socialización tempranas y adecuadas.

  • Cuida su salud y su bienestar con una alimentación adecuada, las revisiones veterinarias necesarias, una buena higiene…

En ocasiones, puede que el veterinario también le recete algún fármaco para acabar con el estrés, o te recomiende el asesoramiento de un especialista en etología felina.

El estrés continuado o crónico puede alterar la conducta de tu gato e incluso causarle problemas de salud. Por eso es tan importante consultar al veterinario, evitar las fuentes de estrés y dejar que pueda desarrollar su comportamiento natural, claro está, en la medida de lo posible. Seguir estas indicaciones, no forzar las interacciones y tener grandes dosis de paciencia y respeto con el animal ayudará a tu felino a estar sano y feliz.

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