Motivos por los que mi gato babea
Durante la vida de tu mascota, es posible que en algún momento observes que tu gato babea. En la mayoría de ocasiones, salvo que se deba a alteraciones anatómicas congénitas, es muy probable que exista algún problema que requiera atención veterinaria y, cuanto antes se la ofrezcas, mejor.
El aumento de la salivación se conoce como sialorrea o tialismo. Este exceso de saliva puede llegar a salir de la cavidad bucal por dos motivos fundamentales: un exceso, poco común, de la producción de saliva o un defecto en la capacidad para tragarla.
En general, independientemente de la causa, la sialorrea suele presentarse junto con dificultades al tragar (lo que se conoce como disfagia), dolor y un aliento desagradable (halitosis). La disfagia se debe a alguna afección en la boca, la faringe o el esófago, mientras que el mal aliento es debido a un aumento de las babas en la boca de tu mascota.
CAUSAS POR LAS QUE MI GATO BABEA
Las causas más comunes por las que puede que tu gato babee, mucho o poco, son las siguientes:
Náuseas: Las náuseas que pueden producir algunas enfermedades, alteraciones gastrointestinales o los mareos asociados al movimiento (cinetosis) pueden provocar un exceso de salivación, estén o no acompañadas por vómitos.
Enfermedades sistémicas que afectan a la cavidad oral: Algunos virus felinos pueden producir alteraciones y lesiones ulcerativas en las mucosas de la boca, dolor y hacer que tu gato babee.
Patologías bucodentales o faríngeas: Las infecciones bacterianas o inflamaciones de la boca (estomatitis), de las encías (gingivitis), de los dientes (periodontitis), de la lengua (glositis), de la faringe (faringitis) o de las amígdalas (tonsilitis) también pueden hacer que tu gato produzca un exceso de saliva.
La presencia de cuerpos extraños como huesos o espinas en su boca o faringe, los traumatismos o problemas óseos, como la artrosis, y las disfunciones neuromusculares, como la parálisis del nervio facial, pueden derivar en disfagia, dolor e hipersalivación.
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Estimulación química e intoxicaciones: Si tu gato babea por culpa de una intoxicación causada por según qué sustancia, deberás acudir al veterinario con urgencia, ya que su vida puede correr peligro. Algunos fármacos amargos también pueden desencadenar el exceso de salivación y la aparición de espuma en la boca.
Trastornos metabólicos: La estomatitis urémica o síndrome urémico del gato es una alteración causada generalmente por una insuficiencia renal crónica, que puede acabar provocando, entre otras cosas, lesiones en los tejidos y órganos del gato, por ejemplo en la boca. Una de las consecuencias de este problema es que el gato babee.
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Estrés: Las variaciones en el ambiente, hábitos o rutinas de tu gato pueden generarle estrés y, si este se prolonga, puede causarle graves alteraciones tanto físicas como de comportamiento. En ocasiones, uno de los signos manifestados ante el aumento del nivel de ansiedad es una producción excesiva de saliva, es decir, eso de “mi gato babea mucho”.
QUÉ HACER SI TU GATO BABEA
Si observas a tu animal de compañía y piensas “mi gato babea”, el siguiente paso es llamar a tu veterinario cuanto antes. Es imprescindible que un profesional descarte la posibilidad de una intoxicación, ya que está podría poner en riesgo la vida de tu gato. Por ello, es de vital importancia que le ofrezcas al veterinario toda la información al respecto (si ha comido algún tóxico o producto químico, como detergentes, plantas, fármacos o determinados alimentos) y que actúes con la mayor rapidez posible.
Una vez valorada y descartada la posibilidad de una intoxicación, el veterinario examinará a tu animal de compañía y le hará las pruebas que considere necesarias para encontrar la causa que está haciendo que babee. El tratamiento a seguir dependerá de qué esté causando el exceso de saliva.
CÓMO EVITAR QUE TU GATO BABEE
Para que tu gato se mantenga sano y para evitar que tenga cualquier problema que le haga babear, la prevención juega un papel fundamental. Un buen control es esencial para prevenir enfermedades. Eso implica realizar las revisiones periódicas que recomiende tu veterinario aunque el gato se vea en perfecto estado y seguir las pautas de vacunación adecuadas.
Además, reforzar su sistema inmunitario mediante una alimentación que ayude a fortalecer las defensas naturales del animal, junto con un trato físico y psíquico apropiado, te ayudará a mantener sano a tu gato.
Si tu gato babea, mucho o poco, es un signo de alarma que requiere una actuación rápida para clarificar la causa cuanto antes. Así que, en tal caso, es fundamental que acudas al veterinario lo más pronto posible para encontrar el tratamiento idóneo y evitar cualquier complicación que pueda empeorar su estado de salud.