Claves para entender el lenguaje de los gatos
El lenguaje de los gatos es muy amplio y, para comprender a tu felino, es fundamental que prestes atención a cada detalle de su postura y conducta. Ten en cuenta que cualquier pequeña variación puede cambiar el significado de lo que está sintiendo o quiere indicar.
EL LENGUAJE DE LOS GATOS
Los gatos poseen un sistema de comunicación muy rico. Utilizan una amplia variedad de conductas y señales olfativas, auditivas y visuales para comunicarse tanto con los demás felinos como con los humanos.
Además, debes ser consciente de que, aunque sí suelen expresarse de manera similar, el lenguaje de cada gato varía un poco. Pueden haber diferencias dependiendo de la raza, la etapa del desarrollo, sus características innatas o el aprendizaje a lo largo de su vida.
¿CÓMO SE COMUNICA TU FELINO?
EL LENGUAJE OLFATIVO
Aunque a ti te pasen desapercibidas o no las comprendas, uno de los elementos del lenguaje de tu gato son las señales olfativas. A través de diferentes formas de marcaje, tu compañero ofrece mucha información a otros gatos.
¿Qué señales olfativas puede utilizar tu gato?
El marcaje mediante la orina. Este componente del lenguaje de los gatos suele ser usado por machos adultos que conviven con otros gatos, o cuando viven situaciones de estrés y ansiedad, y por hembras en los periodos de celo. Como quizá hayas notado, la orina que usan los gatos para marcar tiene un olor más intenso y característico.
El marcaje mediante las uñas de superficies y objetos verticales. Esta también es una señal habitual de comunicación tanto olfativa, ya que tu gato posee glándulas productoras de feromonas entre los dedos, como visual, a través de los arañazos y marcas que deja.
Otros tipos de marcaje. Tu compañero también tiene glándulas en la cabeza, alrededor de la boca y en cola que le permiten dejar sus feromonas sobre los objetos, animales o personas contra los que se frota.
EL LENGUAJE VISUAL
Entre las señales visuales de tu felino se encuentran principalmente las marcas, que seguramente realiza sobre superficies verticales, y las posturas corporales. Este tipo de lenguaje del gato puede ser muy complejo y, para interpretarlo correctamente, debes prestar atención a su expresión corporal en conjunto.
Algunos ejemplos de este tipo de comunicación son los siguientes:
Cuando tu gato tiene la cabeza elevada puede estar saludando o demostrando confianza, pero dependiendo de otros gestos corporales también puede significar que va a atacar. En cambio, si la agacha puede ser porque está disgustado o en actitud agresiva.
La cola totalmente erguida indica que tu gato está feliz y, si además la mantienen rígida con la punta hacia un lado, es una señal de curiosidad e interés. Si a la vez la tiene erizada, puede que se sienta amenazado. Cuando la mueve agitadamente de un lado a otro, expresa enojo y, por el contrario, si tiene miedo probablemente la esconderá entre sus patas.
Si tu gato está contento tendrá las orejas hacia arriba y en movimiento, cosa que también indica atención. Si está en posición de defensa y ataque, normalmente las plegará hacia atrás.
Unos ojos bien abiertos significan que está feliz o siente curiosidad, y entreabiertos podrían indicarte relajación, sueño o malestar. Por otro lado, si tiene las pupilas dilatadas es señal de que tiene miedo y puede que ataque.
Cuando sus bigotes se extienden por delante de su hocico, está mostrando interés por algo. Si los tiene hacia atrás, puede significar miedo, enfado o enfermedad.
Un pelo erizado por la zona dorsal y la cola implica que se siente amenazado y quizá ataque.
EL LENGUAJE AUDITIVO
De todos los signos del lenguaje de los gatos, los maullidos y el ronroneo, que ya hemos tratado en detalle en otros artículos, son los sonidos que los gatos más utilizan para comunicarse con los humanos. Aunque las vocalizaciones de estos felinos también incluyen los bufidos, alaridos, trinos, gruñidos, cacareos...
El lenguaje de los gatos es muy distinto del de los perros. Sin embargo, y aunque queda mucho por aprender sobre los felinos, lo fundamental para entender a tu compañero de cuatro patas es observar sus conductas. Conforme paséis tiempo juntos, si le prestas atención, irás entendiéndolo más y mejor.