A mi gato le llora un ojo, ¿qué le pasa?

“A mi gato le llora un ojo y no sé por qué”, si te encuentras en esta situación, a continuación te damos algunas pistas de qué puede estar pasándole a tu felino. Tratando el problema a tiempo evitarás posibles complicaciones.

LAS LÁGRIMAS EN LOS GATOS

Igual que para la mayoría de animales, las lágrimas de los gatos son esenciales para su salud ocular. Esto es así porque sirven para hidratar, lubricar, nutrir y proteger la parte externa del ojo, así como para limpiarla eliminando los residuos.

Aunque a veces puedes notar algo fuera de lo normal: un lagrimeo continuo en los ojos de tu felino. Este puede tener varias causas, que están relacionadas o bien con un exceso en la producción de lágrima o con que no consigue drenarlas suficientemente.

El signo característico de este pequeño problema es eso de “a mi gato le llora un ojo (o los dos) de manera constante”. A veces, este lagrimeo humedece y tiñe el pelo de las áreas cercanas al ojo, dándoles un color marrón rojizo, que notarás especialmente si tu felino tiene el pelo blanco.

Además, según qué lo esté causando, puede estar acompañado de otros síntomas como el enrojecimiento, la inflamación o la aparición de pequeñas heridas en los ojos. O incluso de síntomas generales como mocos, estornudos, asma, fiebre, apatía o anorexia entre otros.

POR QUÉ A MI GATO LE LLORA UN OJO (O LOS DOS)

Las causas más frecuentes por las que es posible que te encuentres diciendo “a mi gato le llora un ojo” o “a mi gato le lloran los ojos”, son las siguientes:

  • Tiene una inflamación en alguna parte del ojo, ya sean los párpados, la conjuntiva o la córnea. Esta inflamación puede deberse a una alergia, un golpe, una infección, a que tu gato tiene el ojo irritado, etc.

  • Tiene el párpado, o una parte de él, metido dentro del ojo. Aunque suene un poco extraño, esto puede pasar, e incluso es algo común en los gatos persas y en los felinos que ya son mayores. Cuando pasa, los pelos y la piel tocan la superficie ocular y por eso a tu gato le llora el ojo.

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    Tiene el párpado girado hacia fuera. En estos casos, el ojo queda más expuesto de lo normal y es más fácil que sufra infecciones, conjuntivitis o sequedad.

     

  • Alguna pestaña le ha crecido hacia el interior del ojo. Como podrás imaginar, a parte de ser molesto e incluso doloroso, esto puede hacer que a tu gato le llore el ojo y se le irrite. Además, puede causarle otros problemas, como pequeñas heridas o infecciones.

  • Tiene un traumatismo o algo dentro del ojo. Otra cosa que puede hacerte decir “a mi gato le llora un ojo” es que se de un golpe, que le entre un cuerpo extraño (como polvo, arena o una espiga) o que tenga algo que su mismo cuerpo haya creado (como por ejemplo un pólipo). Esto, por otro lado, podría causarle una inflamación, algún corte o incluso lesiones más graves.

  • Tiene la glándula lacrimal salida. Si a parte de notar que a tu gato le llora un ojo, ves que tiene un pequeño bulto de color carne en la zona del lacrimal, es que esta glándula ha salido de su cavidad. Evidentemente, tendrás que llamar al veterinario, pero no tienes por qué asustarte.

  • Su sistema de drenaje de las lágrimas está obstruido. Esto es común en los gatos persas y también puede suceder a causa de una infección, un traumatismo, etc. Como las lágrimas no se vacían como deberían, parece que a tu gato le llore un ojo.

En muchos casos, el lagrimeo excesivo tiene más de una causa. Pero no te preocupes, la mayoría no son motivo de preocupación, siempre y cuando le ofrezcas el tratamiento médico adecuado.

En cualquier caso, siempre que observes a tu felino y digas “a mi gato le llora un ojo”, o los dos, y el lagrimeo sea persistente, sobre todo si tiene también otros signos y síntomas, no dudes en consultar con tu veterinario. Así podrá examinarlo y tratarlo y evitarás posibles complicaciones.

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