El Husky es una de las razas más bonitas que existen en el universo canino. Todo en él hace recordar a un lobo: su cabeza de cima redondeada, su manto gris plateado, su manera de aullar...
No te relajes: vigila bien de cerca a este cachorro, ya que su vitalidad y sus aires de libertad lo llevarán a querer escaparse con mucha facilidad.
ADAPTADO AL FRÍO EXTREMO
El cachorro Husky puede soportar bajas temperaturas sin inmutarse: 40 grados bajo cero, sin ningún inconveniente. Para desplazarse por terrenos nevados, el cachorro cuenta con unos pies \'raqueta\' ligeramente palmeados y de forma ovalada, con pelo entre los dedos, que le posibilitan deslizarse sobre la nieve y las almohadillas gruesas sobre las que se posa le sirven para amortiguar los golpes con suavidad.
¿QUIÉN ES EL JEFE?
Es muy importante que los roles queden bien definidos evitando que termine adoptando una actitud dominante. Establece normas claras de obediencia desde el principio y acostúmbralo a responder a las instrucciones que le indiques. Este perro es un gran cazador y vive en grupo, por lo que desde cachorro debes habituarlo a vivir en compañía de tu familia. Las ansias de libertad de este cachorro y sus instintos primitivos hacen que en su mente esté latente la idea de escaparse, por lo que es indispensable que tomes medidas para evitar que lo haga.
Enséñale a responder a la llamada desde muy joven, recompensándolo cuando acuda. Sus ansias de salir corriendo pueden controlarse mejor si sabe responder cuando lo llamas.
PERRO DE TRINEO, A SU DEBIDO TIEMPO
El cachorro Husky es todo un atleta y disfruta recorriendo grandes distancias al aire libre, preferiblemente en un entorno frío. Es un perro de trineo que puede cargar con una carreta o trineo, a su debido tiempo. Así, a partir de los 6 o 7 meses, puede comenzar a cargar una carreta vacía para ir acostumbrándose a la carga. No debes imponerle una tracción consistente antes de que haya alcanzado la edad adulta, lo que sucede alrededor de los 17 meses.
