El gatito siamés: ¿cómo es y cómo cuidar a un gato bebé?

¿Un nuevo integrante en la familia? Si estás pensando en adoptar a un gato bebé, por ejemplo, uno de raza siamesa, es necesario que conozcas cómo es este gato y los cuidados clave para mantenerle sano y feliz. Sigue la lectura para conocer más al respecto y acertar en la atención de tu felino.

Cuidados de los gatos bebés 

Los gatitos necesitan algunos cuidados clave. En este artículo sobre Cómo cuidar a un gato recién nacido te contamos algunas pautas que debes tener en cuenta para su correcto desarrollo. Una de estas claves es, sin duda, su alimentación: cuando ya se han destetado, es necesario encontrar un alimento que aporte los nutrientes esenciales como proteínas, vitaminas, minerales, Omega 3 y 6. Así está formulada la gama de alimentación ADVANCE KITTEN, ideal para gatitos menores a 1 año.

Además de contemplar estos aspectos, el siguiente paso que deberás dar será hablar con tu veterinario, para seguir con la desparasitación y vacunación, averiguar qué recursos necesita y cómo distribuirlos, cómo acostumbrarlo al transportín, al coche y a los cuidados veterinarios, cómo jugar, qué juguetes elegir..

Si hablamos, más concretamente, de los gatos siameses, cabe mencionar que están predispuestos a padecer algunas enfermedades, como asma, degeneración retiniana y algunos tumores. Así que además de seleccionar cuidadosamente el criador, es importante hablar con el veterinario para prevenir y detectar de manera precoz cualquier anomalía en su salud o comportamiento. 

Además, una de las primeras charlas con el veterinario será sobre el control de la reproducción: esta raza es precoz, además de prolífica, y algunas gatas ya son maduras sexualmente con 4 meses de vida.

¿Cómo es un gatito siamés?

A pesar del inconfundible aspecto con extremidades oscuras, cuerpo claro y ojos azules, el gato siamés nace blanco y con ojos cerrados. Al nacer, sus canales auditivos están cerrados, se mueve poco, no puede regular su temperatura u orinar y defecar por sí solo: depende 100% de su madre.

Este tipo de raza, junto a la del gato persa, se distingue por ser de las más antiguas y más conocidas: su origen se ubica en el sureste asiático, precisamente en Siam, en Tailandia. 

Además, hay algunas curiosidades de los gatos de raza siamesa

  • Algunos son bizcos y tienen la cola torcida, pero cada vez es menos frecuente encontrar gatos con estas características. 

  • Son gatos que no soportan la soledad. Además les gusta ser sociables y muy activos.

Para que conozcas mejor el crecimiento y desarrollo de las primeras semanas de vida de un gatito siamés, te damos más detalles en las siguientes líneas:

Primera y segunda semana

Al final de la primera semana abre los ojos, que son aún de un color gris azulado, y empieza a moverse más. Los conductos auditivos se abren a las dos semanas

Con todos los sentidos activos, el gatito está listo para empezar a aprender sobre el mundo que le rodea: inicia la etapa de socialización. Una exposición gradual y positiva a estímulos y situaciones diferentes le ayudará a habituarse al ambiente doméstico, mientras que interacciones agradables con otros gatos, personas e incluso miembros de otras especies serán clave para desarrollar su conducta social. 

Estas experiencias iniciales le ayudarán a convertirse en un adulto sociable y capaz de adaptarse a las novedades. A partir de este momento se pueden introducir manipulaciones suaves y sesiones de juego, el juego es una gran herramienta para que el gatito empiece a disfrutar de la compañía humana.

Tercera semana

Alrededor de la tercera semana sus ojos adoptan un color azul intenso, mientras que orejas, hocico, cola y patas empiezan a oscurecer, aunque habrá que esperar casi un año para el color definitivo. El “color siamés” depende de una mutación genética que provoca la pigmentación de las zonas más frías del cuerpo.

Con tres semanas empiezan a salirle los dientes y, aunque no tenga mucha coordinación, comienza a jugar con sus hermanos.

Cuarta y quinta semana

Con cuatro semanas anda mejor, explora y juega más, empieza a utilizar el arenero y a probar nuevos alimentos.

A partir de las cinco semanas, se empieza a ver su temperamento activo, cariñoso, juguetón, además de inteligente, “parlanchín” y muy demandante de atención. 

Si buscabas a un gato tranquilo e independiente, considera que un gatito siamés requiere dedicación y estimulación. Más allá del juego, puedes entretenerlo con ejercicios. Además, hay que tener claro desde el principio que si recibe atención cuando maúlla, su tendencia a maullar aumentará. 

Octava y novena semana

A partir de estas semanas se cierra la etapa de socialización, pero, es probable que no tendrás al gatito hasta las doce semanas. Separarlo de la madre antes puede influir negativamente sobre su carácter. De hecho, los gatos bebés que se quedan con la madre hasta las 14-15 semanas tienen menos riesgo de mostrarse agresivos con personas desconocidas y realizar conductas repetitivas.

Este aspecto puede ser importante para una raza en la que está descrita cierta predisposición a mostrar una conducta repetitiva que consiste en chupar y masticar tejidos y/o plásticos.

Si al final te has decidido por un gato bebé siamés, ¡felicidades! Os deseamos que sea el inicio de una convivencia larga y bonita. Los gatos en adopción son la mejor alternativa para incluirlos en tu hogar. ¡Bienvenido a la familia!

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