Mi gato bebe mucha agua: signos de alerta
¿Te has dado cuenta de que tu gato bebe más agua? ¿Lo has pescado bebiendo de un grifo abierto o, incluso, de la taza del váter? Si has observado alguno de estos comportamientos es probable que otra pregunta ronde por tu cabeza.
¿Por qué mi gato bebe mucha agua? Debes saber que existen varios motivos por los cuales un gato aumenta la ingesta de agua. Para que los conozcas y reconozcas en qué momento debes acudir al veterinario, hemos preparado este post.
POR QUÉ MI GATO BEBE MUCHA AGUA
No siempre nos damos cuenta de las señales tempranas, dado el particular estilo de vida de los gatos. Cuando nos percatamos, se ha convertido en un gesto exagerado que nos llama la atención. Es entonces cuando constatas que tu gato está bebiendo más agua de lo normal y empiezas a preocuparte.
Existen determinadas situaciones en las que tu gato tendrá más ganas de beber agua; y no siempre serán causas patológicas. Si observas que tu gato está bebiendo mucha agua, no lo dejes pasar. En algunas ocasiones es un síntoma asociado a varias enfermedades frecuentes en los felinos.
SIGNOS Y CAUSAS DE LA INGESTA DE AGUA
En los animales, la sed es la necesidad de ingerir líquidos. Es un mecanismo de regulación del agua corporal y uno de los primero síntomas de deshidratación. Este mecanismo es controlado por unas células especializadas, situadas en el hipotálamo, llamadas osmorreceptores. Al activarse el centro de sed son estas células las encargadas de estimular o inhibir la función del consumo de agua.
En los gatos, a pesar de las variaciones entre individuos, lo normal es consumir unos 80 ml de agua por cada kilo de peso corporal. Por tanto, una ingesta por encima de los 100 ml por kilogramo de peso se considera excesivo. A este fenómenos se le llama polidipsia o sed excesiva. Está asociado a la diuresis excesiva o poliuria.
Causas no patológicas
La polidipsia no tiene por qué ser el síntoma de una patología. Algunos factores externos o el estado fisiológico de tu gato pueden provocar una mayor ingesta de agua. Así que si detectas que tu gato tiene más sed de lo normal, debes saber que existen situaciones puntuales no patológicas que causan polidipsia. Estas son algunas de ellas:
Temperatura:
Las temperaturas elevadas activan los mecanismos de osmorregulación necesarios para normalizar la presión osmótica y la temperatura del medio interno a través de la ingesta de agua excesiva.
Alimentación:
Una dieta con un gran aporte de alimento seco —en ocasiones alimento exclusivo— aumenta la necesidad de ingerir agua. Es un mecanismo de compensación, pues el pienso solo contiene un 10% de agua, insuficiente para cubrir las necesidades normales. La dieta húmeda, por el contrario, aporta entre 70 y 80% de agua. Una dieta alta en sal, también le dará más sed a tu gato.
Actividad física:
Los gatos son animales inquietos y activos, especialmente aquellos que pueden salir a la calle y explorar el territorio aledaño. En este caso, un gato acostumbrado a más actividad necesitará más agua que aquel que tiene una vida más sedentaria.
Condición fisiológica:
Una gata que está lactando también necesitará beber más.
Ingesta de determinados medicamentos:
Algunos tratamientos de corticoides o diuréticos provocan polidipsia y poliura.
Si ninguna de las causas anteriores responde a la pregunta de por qué tu gato bebe mucha agua, entonces ha llegado el momento de plantearte ir al veterinario. La causa podría ser patológica y podría manifestarse también con un exceso de producción de orina por encima de los 45 ml por kilo de peso. Esto provoca el síndrome polidipsia-poliura (PD/PU).
Causas patológicas
Insuficiencia renal crónica:
El fallo renal es el deterioro progresivo de los riñones del gato, por lo general de edad avanzada. Lo suelen acompañar otros síntomas como anorexia, pérdida de peso, vómitos y letargia.
Diabetes mellitus felina:
Se asocia también a un mayor apetito del gato y afecciones oculares como cataratas. Es la patología endocrina más frecuente en gatos mayores de 6 años.
Hipertiroidismo felino:
Común en gatos mayores, se asocia a un mayor apetito, pérdida de peso e hiperactividad.
Otras enfermedades frecuentes:
Infecciones uterinas, del tracto urinario, hepatopatías, diabetes insípida. Un cuadro de diarrea, vómitos o fiebre puede provocar también en el gato la necesidad de beber más.
La mayor parte de las veces, la polidipsia y la poliura son el primer indicio de una patología subyacente. Ser capaces de detectarlo es muy útil para poder anticiparnos a la enfermedad y ayudar a nuestro gato a superarla. Recuerda que, en cualquier caso, si tu gato demanda más agua, no debes restringírsela ya que el daño podría ser mayor.
Para asegurarte que tu gato esté sano y fuerte, debes cuidar su alimentación e hidratación. Observa siempre las cosas que te resulten extrañas y, ante cualquier signo de anormalidad, acude a tu veterinario. Solo un profesional puede hacer el diagnóstico correcto y determinar que, si tu gato bebe mucho agua, es por razones patológicas o fisiológicas.