Se llama desungulación u oniquectomía a la eliminación definitiva de las uñas del gato a través de una operación quirúrgica. Al extirparlas se extrae junto con ellas la primera falange del dedo. Busca alternativas antes de tomar esa decisión y permite que tu gato mantenga su calidad de vida, ya que además de ser una intervención agresiva y desagradable se verá privado de una de sus herramientas más preciadas y características.
Para tu gato, las uñas son una de las herramientas más importantes en su vida diaria. Las usa para rascarse, jugar, escalar, defenderse, cazar y para casi todas las actividades que hacen a diario. Por ejemplo, para estirar sus músculos y espalda, las uñas cumplen una importante función al clavarse en las superficies, permitiéndole estirarse. Por otro lado, arañar es una función que está íntimamente ligada a la naturaleza del gato y que realiza con diversos fines a lo largo del día, como liberar estrés, marcar su territorio o, simplemente, ejercitarse.
La desungulación afecta, incluso al simple acto de caminar. Al andar, toda la superficie de la garra del gato está en contacto con el suelo y entonces, cuando le falta el extremo de la garra, el gato se ve obligado a modificar su postura corporal y su forma de caminar. Con el tiempo, esto le puede desencadenar lesiones dolorosas y cojera.
Existen varias alternativas para evitar las molestias que ocasionan los rasguños de tu gato. Definitivamente, la educación durante la etapa de cachorro es la más eficaz de todas: enséñale dónde puede arañar y dónde no y pon a su disposición rascadores verticales y horizontales y juguetes para que pueda arañar libremente.
Otra opción es usar repelentes en las zonas que quieras mantener libres de arañazos.