Porte muy vistoso. Elegante y fuerte. Aunque sin duda, lo que distingue a la raza Bosque de Noruega de todas las demás, es su larga y frondosa cabellera. Su cuello recubierto de pelo trae inmediatamente a la mente la imagen de un león. Esa cabellera tan particular fue heredada de sus antepasados, que habitaban en las frías regiones escandinavas y debían protegerse del duro invierno del norte.
Dado que su procedencia es incierta, se ha relacionado a esta raza con fábulas y mitos escandinavos que lo vinculan con sus dioses ancestrales. De carácter amigable y fácil de convivir, el gato Bosque de Noruega es feliz dentro de casa pero también se desenvuelve de maravilla en el exterior dado su instinto cazador o, mejor dicho, pescador.
El Bosque de Noruega es un gato bastante grande y de constitución fuerte. Sus extremidades y su musculatura sólida le dan una gran potencia en el salto y para trepar: le gusta subir a los lugares más altos de la casa.
Su pelaje tiene dos capas: la inferior, densa y lanosa; y la exterior, larga, brillante e impermeable. Necesita cepillados regulares, sobre todo en la zona de la barriga, donde se suelen producir más enredos.
Es un gato amigable, algo reservado con quienes no conoce, pero muy sociable con los miembros de la familia y mucho más aún con otros ejemplares de su especie. Puede tardar hasta 5 años en madurar, por lo que tienes tiempo para hacer que se familiarice con las reglas de la casa. Además, es sigiloso y poco maullador. Activo y con ganas de jugar, llenará de buena energía todos los ambientes de tu casa.